CONTROL DE IMPULSOS
Existe una dificultad para reprimirse la tentación de llevar a cabo una acción determinada. Normalmente esta dificultad lleva a la persona a que realice ese acto y no suele ser beneficioso para la persona (para sí misma directamente a corto o largo plazo o para las relaciones interpersonales).
El impulso de realizarlo suele disminuir una tensión acumulada o una búsqueda de placer.
A continuación se menciona algunos ejemplos:
- Tensión que lleva a la persona a arrancarse el pelo y justo después de haberlo hecho se experimenta alivio.
- Episodios aislados de pérdida del control en los que la persona tiene una reacción agresiva desproporcionada al estímulo desencadenante. Puede ocurrir que golpee a alguien o destruya objetos, comer compulsivamente, ...
Puede haber otras dificultades que entren dentro de esta categoría. La característica principal es que surge de un momento a otro un impulso por llevar a cabo una acción, inmediatamente después de hacerlo se reduce la tensión, la persona se siente bien y luego puede aparecer culpa o vergüenza.
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